Un día de verano, un gato chiquitín se cruzó en mi camino. Tenía un color chocolate, y un chirriante maullido que se me metió en el oído. Era como si me estuviese pidiendo ayuda.
Tan chiquitajo, le cogí... y enseguida le cogí un montón de cariño.
Cierto es que nunca me gustaron los gatos, nunca me imagine que llegaría a dormir con uno!!!!
con ese ruido que hacen cuando están a gusto... q a mucha gente les encanta, pero a mi me horroriza... ¡¡¡¡¡parece que tienen como un motor!!!!
Lo cierto es que no se parecen nada a los perros, son más independientes y no tienes que sacarlos ... aunque da un poco de asquito quitarles la mierda del trasto ese que se les pone para que hagan sus cosas.
Bueno, a lo que voy, que para eso escribo, al principio me sentí muy culpable de la muerte del gatín, pero ahora ya no ((((((tú y tú mania de escapar!!!!!))))Sólo le estoy agradecido de los mimos que me dio (más que yo a él) y darle las gracias, porque ahora ya me gustan los gatos un poco.
Pd1 - el gato ese q no te gusta, está comiéndose toda tu comida jejeje
pd. digan lo que digan, sigo prefiriendo los perros feos.
2 comentarios:
Vaya! no sabia que habia muerto el gatín ni que se llamaba Martín. A mí antes me gustaban más los perros que los gatos. Me gustaba precisamente su independencia y el no tener esa sumisión que tienen los perros, pero ya no....ahora prefiero los perros aunque no todos me gusten.
te acompaño en el sentimiento.....hay aqui uno guapisimo.....el quiere venir con nosotros.....
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